Cada vez que veo en las noticias los premios a los proyectos empresariales de Alcalá de Guadaíra un escalofrío me corre por el cuerpo. Es esa sensación de cuando ves que alguien se va a caer y aprietas los dientes como si te fuera a pasar a ti.
Y es que, estimados lectores, yo he estado en la piel de los “afortunados”. Pongo lo de afortunados entre comillas muy a propósito.En tiempos de crisis la sociedad necesita empresarios. Los voy a llamar así aunque a veces esta palabra esté mal vista. A mi juicio no debería de estarla. Son ellos los que son capaces de generar riqueza, crear puestos de trabajo y levantar el bienestar de las sociedades. Desde el muchacho que monta un bar, pasando por la chica que pone una academia en su propia casa o los amigos que alquilan una nave para montar su negocio. Los malos tiempos hacen que mucha gente se plantee labrarse su propio destino llevando a cabo una idea.
No intento con estas letras desanimar a nadie, sino todo lo contrario. La experiencia de empezar un negocio es, probablemente, una de las más enriquecedoras y de las que más se aprende, tanto de uno mismo como de las personas alrededor. Pero me gustaría dejar aquí los apuntes de ciertas cosas que aprendí a base de errores y que pueden servir a otros para mejorar en su aventura empresarial.
Prepara un plan:Se que esto parece muy básico pero es la parte más importante de un proyecto empresarial. No se trata de escribir un libro sino más bien de tener claro con una lista, un diagrama o incluso una grabación la idea fundamental de tu empresa. Este plan debe contener los pasos que tienes que dar para ponerla en marcha (personal, material, local comercial, …). En tu lista de activos debes incluir la gente que te puede ayudar (familia, amigos, conocidos). Esta red va a resultar muy útil a la hora de promocionar tu actividad y de levantar la empresa, ya que en muchos casos te pueden ayudar con su trabajo (hasta a dar una manita de pintura).
Tu plan debe contener información detallada de cual es tu estrategia comercial, qué precio vas a poner a tu producto, como lo vas a promocionar, cual es tu cliente tipo. quién va a hacer qué. En muchos casos se pierde mucho tiempo en las empresas buscando a gente para dedicarse a una de las actividades fundamentales. Asegúrate que la gente que se va a encargar de hacer lo que tu piensas que deben hacer están convencidas de que esta es su responsabilidad.
Una vez que has tejido tu plan como un paño de crochet tienes que tener la convicción para llevarlo a cabo y no desviarte de él. Si empiezas a dudar del plan inicial y a dar palos de ciegos el gasto para tu empresa se va a multiplicar. Revisa tu plan con cuidado y vuelve a planificar la áreas que no esté muy claras. Habla con gente que te pueda asesorar pero al final, a la hora de tomar las decisiones recuerda que eres tú el que vas a tener que afrontar las consecuencias.
Este plan debe incluir una estrategia de salida. Es decir qué tiene que pasar para que empieces a ver que la empresa no es rentable y como la vas a cerrar. Tienes que saber cuanto te va a costar. Esta parte es muy importante y te puede traer muchas sorpresas si no lo planificas. España es un páis con bastante burocracia para montar una empresa. Los costes de cierre, solo con el papeleo, pueden ser de más de 3000 euros. Y esto sin contar que si tienes empleados a lo que finiquitar.
El plan de tu empresa es un documento vivo. A medida que vas tomando decisiones debes de apuntar por qué las has tomado y que has tenido que sacrificar para seguir el camino elegido. Esto te ahorrará tiempo a la hora de tomar decisiones similares en el futuro.
Para terminar desearos, a aquellos que vayais a empreder el viaje de un negocio, mucha suerte y mucha paciencia. Recordad que la mayoría de las empresas fracasan, pero aquellas que no tienen un denominador común: la tenacidad de sus empresarios.
Sunday, May 3, 2009
Subscribe to:
Posts (Atom)